Luxor-Templo de Hatshepsut
Nondik gertu: Al Qurnah, New Valley (Egypt)
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Luxor...Día 2
Procedentes del Valle de los Reyes y antes de acceder al recinto,
Visita al Valle de los Reyes
nos detenemos frente a los Colosos de Memnon, rey de Etiopía, fotos que he incluido en la ruta en el apartado Bar sustituyendo unas insulsas fotografías de neveras, sillas y mesas, por la de estas imponentes estatuas. Ubicados junto al Templo de Amenofis III, una curiosa leyenda dice que cantaban, silbaban o lloraban al amanecer, como lamento por la muerte de este héroe, a manos de Aquiles, en la Guerra de Troya. Reflejando así el dolor de su madre por la pérdida de tan querido hijo. Aunque la tozuda realidad nos dice que un terremoto dañó las estatuas, y que el viento silbando entre las grietas, provocaba el fenómeno. Aunque su reparación en el siglo III D.C. acabó con la intrigante melodía, la leyenda perduró durante largo tiempo. Llegados al templo, realizamos la maniobra con los carritos de golf con mayor fortuna, gracias al entreno en el Valle de los Reyes, sorteando con buen estilo carritos en marcha y grupos al asalto, para ocupar las primeras posiciones. El Templo está dedicado al ya nombrado Amon-Ra, aunque cuenta con una sala para la honrar a Hathor, diosa del amor, la fiesta y la danza, en el más puro estilo del carácter mediterráneo, y representada como una mujer coronada con cuernos de vaca, que parece sostener un disco solar entre las astas. También honra a Anubis, Inpu dios del inframundo, representado como un hombre con cabeza de chacal y de un oscuro color negro, para simbolizar que protege tumbas y cementerios, y comunicarse con los muertos en el reino del más allá. Autoproclamada hija de Amon-Ra, concebida después de una visita secreta a su madre, Hatshepsut consiguió ser nombrada reina a la muerte de su esposo Tutmosis II. Fue la primera mujer faraona, papel hasta entonces reservado a los hombres, ya que aunque no estaba prohibido, no era habitual por tradición, y por ello se mandó representar con barba y aspecto masculino. Para reafirmar su legitimidad, se casó con su sobrino Tutmosis III, siendo aún un niño, que no pudo reinar realmente hasta la muerte de ella veinte años después. De fuerte carácter, propicio expediciones comerciales con gran éxito, para compensar que no participó en campañas de guerra. Tras colas, apreturas y empujones volvemos al minibús, algunos, derrotados por el calor, sin fuerzas para luchar por un lugar de honor en los carritos, a pie, y unos pocos escogidos, presidiendo el primer carrito libre que apareció por la escena. Una segunda parada nos lleva hasta un taller de artesanía, donde tras una aprendida representación mostrando como trabajan el alabastro, nos animan a comprar sus figurras, que aunque bastante más caras, defienden son de mejor calidad que las de "Made in China" que venden por las calles. Tras conseguir la gran gesta de visitar cuatro templos en una mañana, a un promedio de una hora efectiva por templo, descansamos apenas antes de llegar al crucero para la hora de comer.
Crucero por el Nilo de Luxor a Aswan
Reemprendiendo la navegación por la tarde hacia Edfú, para visitar allí el Templo de Horus.
Visita al Templo de Edfú
Procedentes del Valle de los Reyes y antes de acceder al recinto,
Visita al Valle de los Reyes
nos detenemos frente a los Colosos de Memnon, rey de Etiopía, fotos que he incluido en la ruta en el apartado Bar sustituyendo unas insulsas fotografías de neveras, sillas y mesas, por la de estas imponentes estatuas. Ubicados junto al Templo de Amenofis III, una curiosa leyenda dice que cantaban, silbaban o lloraban al amanecer, como lamento por la muerte de este héroe, a manos de Aquiles, en la Guerra de Troya. Reflejando así el dolor de su madre por la pérdida de tan querido hijo. Aunque la tozuda realidad nos dice que un terremoto dañó las estatuas, y que el viento silbando entre las grietas, provocaba el fenómeno. Aunque su reparación en el siglo III D.C. acabó con la intrigante melodía, la leyenda perduró durante largo tiempo. Llegados al templo, realizamos la maniobra con los carritos de golf con mayor fortuna, gracias al entreno en el Valle de los Reyes, sorteando con buen estilo carritos en marcha y grupos al asalto, para ocupar las primeras posiciones. El Templo está dedicado al ya nombrado Amon-Ra, aunque cuenta con una sala para la honrar a Hathor, diosa del amor, la fiesta y la danza, en el más puro estilo del carácter mediterráneo, y representada como una mujer coronada con cuernos de vaca, que parece sostener un disco solar entre las astas. También honra a Anubis, Inpu dios del inframundo, representado como un hombre con cabeza de chacal y de un oscuro color negro, para simbolizar que protege tumbas y cementerios, y comunicarse con los muertos en el reino del más allá. Autoproclamada hija de Amon-Ra, concebida después de una visita secreta a su madre, Hatshepsut consiguió ser nombrada reina a la muerte de su esposo Tutmosis II. Fue la primera mujer faraona, papel hasta entonces reservado a los hombres, ya que aunque no estaba prohibido, no era habitual por tradición, y por ello se mandó representar con barba y aspecto masculino. Para reafirmar su legitimidad, se casó con su sobrino Tutmosis III, siendo aún un niño, que no pudo reinar realmente hasta la muerte de ella veinte años después. De fuerte carácter, propicio expediciones comerciales con gran éxito, para compensar que no participó en campañas de guerra. Tras colas, apreturas y empujones volvemos al minibús, algunos, derrotados por el calor, sin fuerzas para luchar por un lugar de honor en los carritos, a pie, y unos pocos escogidos, presidiendo el primer carrito libre que apareció por la escena. Una segunda parada nos lleva hasta un taller de artesanía, donde tras una aprendida representación mostrando como trabajan el alabastro, nos animan a comprar sus figurras, que aunque bastante más caras, defienden son de mejor calidad que las de "Made in China" que venden por las calles. Tras conseguir la gran gesta de visitar cuatro templos en una mañana, a un promedio de una hora efectiva por templo, descansamos apenas antes de llegar al crucero para la hora de comer.
Crucero por el Nilo de Luxor a Aswan
Reemprendiendo la navegación por la tarde hacia Edfú, para visitar allí el Templo de Horus.
Visita al Templo de Edfú
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Ruta muy interesante para recorrer y disfrutar de bonitas vistas. Un abrazo y mucha montaña
Me alegra que te haya gustado. Gracias por comentar y valorar emilio viejo. Un abrazo.