Cèdre Gourand, P. N. D´Ifrane, Moyen Atlas, Marruecos - [256]
Nondik gertu: Ras Elma, Fès-Meknès (Morocco)
Ikusita 628 aldiz, jaitsita 52 aldiz
Ibilbideko argazkiak
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Bidearen deskribapena
Estuvo lloviendo casi toda la noche y amanecimos también con lluvia. Nos hicimos los remolones esperando que mejorara, pero finalmente nos levantamos a desayunar y decidir qué hacer. Mientras desayunábamos fue aclarando el día y dejó de llover, así que cogimos un poco de agua y una chocolatina energética casera y comenzamos la excursión.
Ya desayunando vimos algún mono y en cuanto empezamos la excursión vimos muchos jugueteando en la zona del aparcamiento y del Cedro Gourand, les observamos primero un rato, comportándose como si no estuviéramos, pero luego no pudimos resistirnos a darles un poco de pan. Habían llegado ya dos chicos con cacahuetes para vender para que los turistas alimenten a los monos, también venden manzanas. Las tiendecillas estaban preparándose también, nos entretuvimos un buen rato con un chico que hablaba español perfectamente y compramos algún mineral y más cosas, se lo dejamos allí mientras hacíamos la excursión.
Le contamos que habíamos conocido ese sitio en 1999 y que el cedro estaba vivo y verde. Él nos contó que el Cèdre Gourand había muerto en 2004, cuando una pala cortó su raíz principal para meter una canalización. Una vergüenza. Tenía 900 años, mide 45 m y tiene un perímetro de 8 m, pero poco a poco se van secando y pudriendo sus ramas y van cayendo.
La excursión que hicimos es un poco improvisada, siguiendo senderos entre el bosque en vez de ir por la pista. Hay marcas de pintura azul, que seguimos en algunos tramos y también líneas amarillas. Intentamos hacer un circuito más o menos circular pasando por el mirador en un extremo y la mina/cantera en el otro.
Por el camino vimos algún mono en estado salvaje, guardan distancia, pero no se asustan demasiado. El camino discurre por bosque de cedros, pero también hay bastantes encinas, espinos y algún roble y un arce de montpelier (quizá hay más pero solo vimos uno). Pasamos por algún claro de bosque en el que había madrigueras, suponemos que de ardillas o algún bicho similar en tamaño, algunas recién excavadas.
Ya de vuelta, había bastante gente visitando los monos y dándoles de comer. Son graciosos y, aunque en un principio no me gustan ese tipo de acciones, la verdad es que gusta verlos interactuar con los humanos y están tan acostumbrados que no creo que sea malo para ellos. Hay más monos en el bosque en estado salvaje que no se acercan a este lugar.
Hablamos de nuevo con el chico de los minerales que nos recomendó algún sitio bonito más por la zona y finalizamos la ruta.
Ya desayunando vimos algún mono y en cuanto empezamos la excursión vimos muchos jugueteando en la zona del aparcamiento y del Cedro Gourand, les observamos primero un rato, comportándose como si no estuviéramos, pero luego no pudimos resistirnos a darles un poco de pan. Habían llegado ya dos chicos con cacahuetes para vender para que los turistas alimenten a los monos, también venden manzanas. Las tiendecillas estaban preparándose también, nos entretuvimos un buen rato con un chico que hablaba español perfectamente y compramos algún mineral y más cosas, se lo dejamos allí mientras hacíamos la excursión.
Le contamos que habíamos conocido ese sitio en 1999 y que el cedro estaba vivo y verde. Él nos contó que el Cèdre Gourand había muerto en 2004, cuando una pala cortó su raíz principal para meter una canalización. Una vergüenza. Tenía 900 años, mide 45 m y tiene un perímetro de 8 m, pero poco a poco se van secando y pudriendo sus ramas y van cayendo.
La excursión que hicimos es un poco improvisada, siguiendo senderos entre el bosque en vez de ir por la pista. Hay marcas de pintura azul, que seguimos en algunos tramos y también líneas amarillas. Intentamos hacer un circuito más o menos circular pasando por el mirador en un extremo y la mina/cantera en el otro.
Por el camino vimos algún mono en estado salvaje, guardan distancia, pero no se asustan demasiado. El camino discurre por bosque de cedros, pero también hay bastantes encinas, espinos y algún roble y un arce de montpelier (quizá hay más pero solo vimos uno). Pasamos por algún claro de bosque en el que había madrigueras, suponemos que de ardillas o algún bicho similar en tamaño, algunas recién excavadas.
Ya de vuelta, había bastante gente visitando los monos y dándoles de comer. Son graciosos y, aunque en un principio no me gustan ese tipo de acciones, la verdad es que gusta verlos interactuar con los humanos y están tan acostumbrados que no creo que sea malo para ellos. Hay más monos en el bosque en estado salvaje que no se acercan a este lugar.
Hablamos de nuevo con el chico de los minerales que nos recomendó algún sitio bonito más por la zona y finalizamos la ruta.
Bideguneak

Cèdre de Gouraud. En 2004 le secaron haciendo una canalización. Tiene 900 años, 45 m de altura y 8 de perímetro
Foto
Kokapenaren inguruko iritzi eta galderak (3)
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Preciosa ruta, hemos disfrutado mucho de ese bosque increíble. Gracias por compartirla
Si, bosque muy bonito y si tienes la suerte de ver monos salvajes en su hábitat mucho mejor (los de la plaza son graciosos, pero verlos salvajes es otra cosa)
Gracias por comentar.
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